Que horrible para mis amores el no desear ya ni tu cuerpo;
Y no es que no lo merezca, es que ya no lo quiero…
Fue estar tan solo estando en tu compañía;
Es quizá quedarme solo adentro.
No entiendo el que paso? O el que falto?
Solo sé que falto la sinceridad de tus gustos…
Y la franqueza de mis actos.
No entendí jamás tus deseos y jamás entendiste mis pasiones;
Ahora solo sé que no fue más de lo que no pudimos rescatar.
Queda solo la tristeza de mi alma y la tranquilidad de mi mente…
Las que me dicen que te fuiste como la espada desenvainada;
Cortando el cielo de los espejos que me engañaban.
Que me hacían creer que era yo el que nunca iba.
sábado, 5 de junio de 2010
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