jueves, 28 de mayo de 2009

HABEAS CORPUS

Ayer fui víctima de un sueño de decolorada espuma, visiones mentales aterrorizaban mis neuronas, excitando mis vertebras, una a una, hasta la última.

Mi espina dorsal se erizaba con la brusquedad y el arte místico con el que se mueven las orugas.

Era tremenda y daba golpes, estaba desquiciada, fuera de todo juicio.
Era una sonriente y párvula llena de emociones insospechadas…

Era deseo y calaba los huesos,
Era del mar, la ola mas apasionada, con esa pasión que solo pueden desarrollar los que se dicen vivos y en ese momento parecía muerta…

En fin, me despierto. Me duele la cabeza y un tanto las orbitas oculares, es de noche; no hay ni un solo y funesto ruido… el sudor nocturno revela en mi playera el bosquejo de un cuerpo casi humano. -Sobre una mesa de operaciones, el maniático corta la piel de algunos incrédulos.- Me acerco al espejo…. ¿Quién es ese, que está llorando?

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