domingo, 13 de septiembre de 2009

MI NIÑA EN CASA

Como el gorrión que abre sus alas al viento;
Sin tomarse ni así mismo por enserio…
Volando de un lado a otro por el cielo;
Así mismo es el espíritu de tu alma.

Alma que va, que flota por el mundo;
Que se destella en los flotantes y brillantes astros;
Es así el alma de tu pecho, de tu conciencia y tu mirada…
Libre, brillante, enamorada.

Vuela alma despojada de los cielos;
Derrama sobre el mundo de los sueños; tu sutil perfume;
Comparte con el duro andar tu alma suave…
Que es como los campos de flores llenos.

Amo la inmensidad de tu alma comprimida;
Porque es el reflejo de el amor más puro…
Es lo más cercano a la saciedad de mi calma…
Y al roció de sus enseñanzas.

Iras creciendo como las fabulas de los sabios…
Como las flores en el campo…
Y como el amor en tu mirar;
Y serás siempre por la mañana la niña de la casa

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