Una noche con la melancolía

Camino por el rumbo de las viejas correrías;
Buscando en los rostros viejos fantasmas del pasado;
Resulto desconocido incluso para esos recuerdos fatuos,
Funestos en su huida.

Recorro los rincones de viejos lugares conocidos,
Respiro el aliento sumiso de mi propio olvido,
Ahora no tengo más la vieja guarida;
Se desplomo en el temblor de tus recuerdos.

Conspira el universo por no encontrarte en el rumbo de mis pasos,
Busco una sombra, una sonrisa que me dibuje tu presencia en el camino…
Jamás pensé tanto en tu presencia…
Como ahora lo hago en compañía de tu ausencia.

Confieso que jamás pise el rumbo de tu lado,
Que nunca pude ver la luz a través de tu mirada…
Hoy quisiera saber la ruta de tus nuevos pasos…
De tus nuevos cantos y tus nuevos dolores.

Todo es tan distinto, tan indiferente a mí;
Resulta que la vida ha pasado por los años,
Que hay tiempos más duros por venir…
Que el olvido me roba con el tiempo la imagen de tu rostro,
Y que la lejanía es la vida que me toco vivir.

Hoy desearía hubiera un solo milagro;
Dar la vuelta a mis pasos y olvidar el pasado,
Hacer de mi vida sin ti una vida más deseable;
Olvidar lo fatal de los años que han transcurrido,
Borrar y lanzar tu esencia al olvido.

Crearme de la nada una historia diferente;
En la que la fortuna estuviera de mi lado,
Y me abrazara con el amor que me negara a tu lado;
Y no vivir en esta guerra contra mí y contra el olvido.

Son los pasos de mi lado los que extrañan a tus pasos,
Los que buscan en cada esquina tu mirada expectante,
Tu caminar resonante;
Y que con cada suspiro solitario se vuelven cada vez más pesados.